Motivados para SER felices

 


MOTIVADOS PARA SER FELICES

 

Hoy quiero escribir y compartir algunas reflexiones acerca de lo que significa el estar motivados para ser felices, para encontrar con facilidad motivos en cada persona o situación para privilegiar esa emoción elevada que nos conecta con el lado positivo de la vida, con la esperanza, con aquello que nos recuerda que vinimos a este mundo para ser felices.

 

Para muchos, la felicidad no tiene que ver estrictamente con el reír, opinión que comparto, sin embargo, debemos admitir que es mucho más fácil que una persona plena, en paz, en equilibrio, consiga con mayor facilidad motivos para estar alegre y reír. De seguro, le será más fácil ver en cada situación, algo que le haga sentir el verdadero valor de la vida. Y yo diría, ¿es que acaso hay algo más hermoso en el rostro de una persona, que una sonrisa sincera, franca, que sale del alma? Recuerden que en uno de los artículos anteriores, utilizaba una frase que hoy retomo, que decía: “entre vivir mis miedos y vivir mis sueños debemos tomar la decisión correcta”. De eso se trata en parte, de decidir cómo quiero estar.

 

Me refiero al poder estar motivados para encontrar en nuestra vida aquello que nos reconcilia con el otro, que nos acerca a los demás, que nos permite disfrutar desde los acontecimientos más sencillos del día a día, hasta los eventos más trascendentales. A poder sentirnos cada vez más plenos, agradecidos, satisfechos e impulsados para alcanzar lo que deseamos. Tiene que ver también con el poder caminar con la mirada en alto, ver al otro a la cara sin resentimientos, con la satisfacción de que no hemos hecho daño alguno y de que, no solo no hemos hecho daño, sino que hemos hecho aquello que el otro necesita o hemos ayudado a los demás.

 

Es esa sensación de sentirnos bien con nosotros mismos, porque la felicidad es un estado interior, muy personal. El significado lo asigna cada uno.  Lo que es innegable es el valor de centrar la felicidad en lo que verdaderamente vale la pena, para algunos tiene que ver con la comodidad, para otros con la plenitud, la tranquilidad y la paz. No es evasión, ni es incoherencia del reconocimiento de la realidad, es la actitud que nos permite seguir con fe.  

 

Es indudable que ese estado se encuentra de alguna forma relacionado con nuestras emociones predominantes. Si vivimos anclados en la reactividad, en la ira, en el miedo, en el enojo, en la inconformidad, por supuesto que no tendremos la posibilidad de encontrar motivos para ser felices. Por eso, debemos cuidar nuestros pensamientos predominantes y nuestras emociones. Darnos el permiso para cultivar nuestra capacidad de respuesta personal frente a lo que sucede y desarrollar cada vez, más herramientas internas que permitan gestionar adecuadamente aquellas emociones que en su valencia negativa, nos alejan de una vida feliz.

 

Los anclajes emocionales o patrones repetitivos de estados emocionales nos ponen frente a la situación de que estos pueden convertirse en estados de ánimo, en parte de nuestro temperamento y personalidad, entonces seré una persona triste, o alegre, o enojada o tranquila, nostálgica o enfocada en el presente, porque lo he desarrollado como hábito emocional.  

 

Esta reflexión es muy importante, en especial, cuando nos toca vivir momentos en escenarios complejos, adversos, limitados, como probablemente los tiempos actuales, donde para algunos tal vez pueda resultar muy fácil conectarse con la queja y la crítica colectiva. En teoría, tenemos todos los motivos posibles para justificar cualquier decisión que esté en sintonía con un sentir colectivo ante la incertidumbre, la preocupación, la ansiedad, por eso debemos estar muy atentos a cuál ha sido la emoción recurrente en cada uno, durante estos últimos meses, en esta montaña rusa emocional, en la que probablemente un día pueda sentir que me falta hasta el aire para respirar, y en otras, se aviva la esperanza de que vamos a estar mejor.

 

Motivados para ser felices, es estar claros en todas las situaciones hermosas que tenemos en nuestra vida o las que deseamos tener, es tomar sabias decisiones de cómo quiero vivir mi vida, de cómo quiero sentir mi vida, y de cómo quiero proyectarme en la vida. Vivir para ser felices, es hacer lo que me apasiona, aquello que me moviliza, y también es mostrar buena actitud cuando en ocasiones debo hacer algo, más desde la disciplina que desde la motivación.  

 

Motivado para ser feliz, es valorar a qué le damos el permiso de estar en nuestra mente, cuáles son esos pensamientos que habitan mi mente y cuáles son las personas que están en mi vida. También supone estar satisfechos con la persona que soy, pues es muy probable que no pueda ser feliz, si vivo en la ilusión de creer ser alguien que no soy.

 

Vivir para ser felices, es agradecer el hecho de estar vivos y llevar una vida noble, elevada, tener una intención clara de lo que quiero lograr, es ayudar al otro. Es cuidar la coherencia entre lo que pienso, lo que digo y lo que hago, es ahí donde verdaderamente estoy mostrando la esencia de quien soy. 


Hagamos el permanente ejercicio de reconocer los motivos que nos impulsan a querer llevar una vida más tranquila, a disfrutar cada cosa, a tener fe, esperanza, a cultivar mis relaciones personales con nuestras familias y amigos. A ocuparnos de tener un balance y un equilibrio en todas las áreas de nuestra vida, a hacer el bien, ayudar a construir y esto comienza por construirnos a nosotros mismos, de la mejor forma posible.

 

Nos seguimos leyendo. 


Arelis Ramírez 

04166370347

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Por qué hablar de Motivación Cuántica?

Motivación y Bien Común

Motivación y Emprendimiento ¿Tengo espíritu emprendedor?